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Lourival Possani, el Premio Nacional de Ciencias 2016 en México

“En el veneno de los alacranes hay por lo menos un centenar de substancias con propiedades farmacológicas”
Lourival Possani, el Premio Nacional de Ciencias 2016 en México

En reconocimiento a sus contribuciones al estudio de la estructura y función de componentes del veneno de alacranes y sus aplicaciones tecnólogicas patentadas, el doctor Lourival Possani, del Instituto de Biotecnología de la UNAM (México), ha recibido, el Premio Nacional de Ciencias 2016. Él hace extensivo este reconocimiento a su grupo de investigación. “Son muchos los estudiantes, posdoctorandos, asociados y colaboradores tanto nacionales como extranjeros que ameritan mi reconocimiento por apoyarme en este campo de la investigación científica”, señala desde un primer momento en la entrevista

Su trabajo con los venenos de animales pozoñosos empezó hace más de 45 años, cuando hacia un entrenamiento posdoctoral en la Universidad Rockefeller en Nueva York. “En 1972 empecé a trabajar con el veneno de una serpiente Naja naja siamensis, del cual purificamos una alfa-toxina que sirvió para aislar y caracterizar el receptor a acetil-colina. Este veneno tiene una toxina que bloquea la transmisión colinérgica causando parálisis de las presas (y de humanos también). El mecanismo molecular de esta toxina permitió aislar su molecula blanco; el receptor a acetil-colina”.

Cuando empezó su trabajo en la UNAM se percató de que México “tenía un problema de salud publica importante causado por la picadura de los escorpiones o alacranes”. “La idea fue ver cuál eran los componentes del veneno capaces de interferir con la comunicación celular que se establece sobretodo en los tejidos excitables (nervio y músculo) e intentar identificar el mecanismo molecular de acción, utilizando la experiencia previa adquirida en la Universidad Rockefeller”.

En la actualidad Possani cuenta con 88 patentes de invención sometidas, de las cuales 49 ya han sido concedidas. A partir de una de ellas, la compañía Columbia S.A. de C.V. está realizando experimentos para obtener licencia de uso como fármaco para el control de enfermedades inmunológicas.

Lourival Possani, el Premio Nacional de Ciencias 2016 en México “Cuento con muchas otras patentes que se refieren, por ejemplo, al uso de toxinas recombinantes del veneno de alacranes para la obtención de mejores anti-venenos, al uso potencial de péptidos del veneno de alacranes como antibióticos, al uso de péptidos del veneno de alacranes como insecticidas –añade. También soy coautor de patentes registradas por la compañía Shering de Alemania en relación a enzimas relacionadas con problemas de la circulación sanguínea, aisladas de la saliva de la chinche bejuquera”.

Y las posibilidades de futuro son muchas más. “En el veneno de los alacranes hay por lo menos un centenar de substancias con propiedades farmacológicas, las cuales deben ser aisladas, caracterizadas químicamente y verificado su efecto fisiológico”, añade el investigador. Él etá convencido de que “hay mucho por hacer”.

En su opinión, “uno de los retos de futuro más importante es el liderado por el grupo del doctor Baltazar Becerril”, con quien comparte laboratorio. Se refiere a la obtención de anti-venenos de origen humano, en contra de la picadura de alacranes –continúa-. Los péptidos con acción antibacteriana y los posibles insecticidas son otros retos para el futuro: tenemos que desarrollarlos de manera que se puedan usar en medicina y agricultura”.

Pero sobre estos retos existe una importante amenaza, tal y como advierte Lourival Possani. “La investigación en México en este momento está amenazada por los recortes a los recursos para investigación y formación”, como las limitaciones a las becas para estudiantes. “El Gobierno, en lugar de disminuir el presupuesto del CONACyT, debería de aumentarlo, incluso generar nuevos centros de investigación y dedicar más recursos a las universidades”.

Y, desde su punto de vista, América Latina está “todavía peor que México”. “Los gobernantes latinoamericanos no entienden que la inversión en investigación científica no es un lujo: sin ella no hay desarrollo tecnológico”.

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