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La importancia de la filosofía en la formación de los líderes del futuro

The British School of Barcelona apuesta por la pedagogía Philosophy for Children (P4C) para invitar a los alumnos a participar del debate filosófico y fomentar el desarrollo de un yo crítico, con capacidades de liderazgo y reflexión

En 2005, la UNESCO institucionalizó el Día Mundial de la Filosofía y reconoció el valor de esta disciplina para “fomentar el pensamiento crítico e independiente y ser capaz de trabajar en pro de una mejor comprensión del mundo y de promover la tolerancia y la paz". 

Un manifiesto que para James Petrie, director de Secundaria y Bachillerato de The British School of Barcelona (BSB) es una llamada de atención que apela al sistema educativo y le reclama la enseñanza activa de la filosofía para contribuir al desarrollo del carácter de los jóvenes desde un punto de vista intelectual, social y emocional.

“La enseñanza es algo más que excelencia y resultados académicos. Por ello, ya sea fomentando la curiosidad, desarrollando la empatía, celebrando la individualidad o fomentando la resiliencia… las actividades que se llevan a cabo en el entorno escolar deben favorecer la mejora del desarrollo del carácter”, afirma Petrie.  El trabajo desde Philosophy for Children “es en nuestro centro una herramienta para alcanzar estos objetivos”, añade el responsable de The British School of Barcelona.

Katherine Monaghan, directora de Infantil y Primaria  apunta: “A través de la participación regular en discusiones filosóficas, nuestros estudiantes aprenden a argumentar y defender sus opiniones, así como a discrepar de forma respetuosa. Además, desarrollan herramientas para cuestionar y explorar sus propias creencias, desarrollando así sus propios puntos de vista y su marco ético.”

Llevar la filosofía al trabajo en el aula

Ambos responsables del BSB destacan la importancia de llevar a cabo estas sesiones en todos los grupos de edad, desde Infantil hasta Bachillerato. Además, ponen el foco en la figura del tutor para “abrir espacios de debate adaptados a cualquier edad y en un entorno seguro donde los alumnos se sientan cómodos para compartir sus opiniones y reflexionar sobre temas en un ambiente de armonía y colaboración”.

“Las relaciones de confianza entre los alumnos, y entre el alumno y el profesor, son vitales para una indagación filosófica de calidad. Los niños necesitan saber que están seguros para expresar sus puntos de vista, cuestionar la hegemonía y explorar ideas sin que el profesor o los compañeros los juzguen o prejuzguen”, añaden.

Por último, comparten una serie de pautas para el desarrollo de las sesiones. Proponen que sean los estudiantes quienes dirijan sus propios debates; enseñarles a estructurar preguntas filosóficas abiertas; proporcionar estímulos que promuevan la curiosidad y el interés por indagar sin rehuir los acontecimientos mundiales; y que los profesores se abstengan de intervenir en la conversación.

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