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Juan José Polledo, director de Governmental Affairs & Market Access de Celgene

Juan Jose Polledo - Celgene

Con una amplia trayectoria en el sector farmacéutico, Juan José Polledo, director de Governmental Affairs & Market Access de Celgene, tiene claro que la biotecnología y la innovación van de la mano hasta el punto que no se entienden la una sin la otra. Asegura que “es un reto muy bonito, si quiero sobrevivir debo de tener cosas nuevas y buenas”.

Polledo define la biotecnología como un proceso en el que se deben “traer cosas que por ser innovadoras te den ventaja y, dándote ventaja, te den beneficios”. Pero advierte de que la innovación no es un fin en sí mismo, sino un medio. Por eso “no puede recrearse en sí misma, eso vale para quien está en el campo puramente científico, en la investigación pura y dura. Pero desde un punto de vista de servir a la sociedad, tenemos que pensar que la innovación debe ser la que aporte efectos directos y medibles para salvar los desafíos que tiene la sociedad”.

En este sentido, en la presentación del Informe Anual 2015 de ASEBIO, Polledo manifestó que la innovación no sólo debe servir a los ciudadanos, sino también al sistema. Por eso, aunque el objetivo fundamental en el desarrollo de un producto sea ayudar al paciente, “también es verdad que podemos considerar que también tiene un objetivo relevante la innovación si sirve para ayudar al sistema”. En su opinión, el sistema tiene dificultades de sostenibilidad y de financiación “y las dificultades de financiación del sistema no son cualquier cosa, pueden indirectamente acabar repercutiendo sobre el acceso que estos pacientes tengan sobre los fármacos”.

Se trata, en definitiva, de combinar la finalidad inherente de toda empresa con un fin social ya que “lo que está encima de la mesa es traerle al paciente mejor calidad de vida o más vida”. Y eso, según Juan José Polledo, constituye todo “un legado para la humanidad”. Cualquier avance en el sector “queda para siempre y a precios mínimos una vez que se han perdido las patentes. Se da por descontado pero no siempre ha sido así, ya nadie se plantea que si tiene un dolor de cabeza no tenga algo que se lo cure”.

El director de Governmental Affairs & Market Access de Celgene prefiere no entrar en detalles cuando habla de los próximos proyectos de la compañía porque “pronunciar enfermedades cuando aún estamos trabajando en ello”, puede “crear expectativas que luego no se cumplen”. No obstante, reconoce que tienen líneas de trabajo “en la oncología, especialmente en las enfermedades raras con medicamentos huérfanos, en hemato-oncología, y también en la inmuno-oncología. Siempre buscando respuestas a necesidades médicas, en nichos difíciles”.

Pero ése es sólo el final de todo un proceso de investigación del que Polledo pone en valor todas las fases. No sólo los ensayos clínicos, donde en España “nos comparamos perfectamente con cualquier país de nuestro entorno”, sino también en una fase más inicial, la de la investigación básica y previa al desarrollo de un producto. En su opinión, “ahí tenemos todavía espacio para la mejora”.

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