Innovación

Innovación, economía, sostenibilidad y sociedad: las 4 caras de una misma moneda

Por Ramón López, head of Open Innovation en Agbar

Cuando consultamos información sobre una empresa, es habitual que encontremos capítulos diferentes para tratar el estado financiero, los proyectos de innovación, las acciones en sostenibilidad ambiental y otras actividades dirigidas a la sociedad. Estos dos últimos puntos, en ocasiones recaen en informes de Responsabilidad Social Corporativa.

La innovación y las acciones dirigidas a la reducción del impacto en el medio ambiente no dejan de ser dos aproximaciones que llevan a una misma finalidad: la sostenibilidad de la empresa. Y si mencionamos el impacto en la sociedad, es decir, la preocupación por el cliente o su entorno, llegamos al mismo punto: la sostenibilidad. El balance económico, ¿influye éste en la supervivencia de una empresa, o lo que es lo mismo, en su sostenibilidad? Claro que sí.

Este comienzo un poco enrevesado no ha tenido otra finalidad que dar a entender que ciertos conceptos que, en ocasiones tratamos como aislados, están íntimamente unidos. Una alteración de cualquiera de ellos tiene un impacto en los demás, por lo que deben ser tenidos en cuenta en toda política de innovación.

Otro aspecto que contribuye a la confusión es que el término sostenibilidad se ha venido utilizando como sinónimo de sostenibilidad ambiental o preservación del medio ambiente, aunque la sostenibilidad no deja de ser realmente la supervivencia en el tiempo. Si nos referimos a una empresa, ésta conseguirá sobrevivir si es viable económicamente. Para conseguirlo, necesita de unos ingresos que provendrán de una sociedad que demandará sus productos o servicios y estará dispuesta a pagar por ellos, y de unos costes que vendrán condicionados por el uso que haga de los recursos naturales.

La economía circular, tal y como confirma su nombre, es un concepto económico, aunque a veces se muestre como puramente ambiental. Una empresa que aprovecha los residuos de sus propios procesos, o de empresas externas, como insumo ahorrará en la compra de nuevos recursos. Si evita verterlos al medio o gestionarlos como un residuo final, evitará tasas, costes e incluso el pago de multas. Cuando hacemos un análisis de costes y beneficios de un planteamiento de este tipo es cuando la sostenibilidad ambiental dejar de ser patrimonio de los departamentos de RSC de las empresas para ser tenidos en cuenta en los más escépticos análisis financieros.

La sociedad cada vez demanda más productos y servicios que estén alineados con su forma de pensar y su estilo de vida. La economía del propósito fomenta que las empresas y sus empleados trabajen para un objetivo común y que éste deba estar en línea con las tendencias de esta sociedad. Una población cada vez más concienciada desde un punto de vista ambiental va a exigir que las empresas también lo estén. No responder a esta demanda puede afectar gravemente a la supervivencia de dichas empresas.

Una empresa deberá cambiar, adaptarse y evolucionar. En una palabra, la empresa deberá innovar. Dicha innovación o transformación deberá tener lugar a todos los niveles. No sólo debemos enfocar la innovación en crear nuevos productos o servicios, sino aplicarla también en la organización, en la forma de trabajar y en la de aprender. Una innovación dirigida a potenciar dicha sostenibilidad se orientará a definir un nuevo modelo de negocio que haga a la empresa partícipe de una economía de impacto, aportando valor para la sociedad. Como habréis podido comprobar, volvimos a usar el término economía, pero esta vez para un concepto social.

Es por todas estas razones aquí expuestas, que si me preguntas si es necesario innovar para conseguir mejorar la sostenibilidad ambiental de una empresa, mi respuesta siempre será que sí.

Haciendo un símil con aquellos libros de autoayuda, te diré que “Innovar es fácil, si sabes cómo”. Para aquellos que tengan menos experiencia en el tema, les voy a recomendar un libro colaborativo que escribimos más de 30 autores durante el confinamiento llamado “El libro de la innovación Guía práctica para innovar en tu empresa” (Ed. Libros de Cabecera). Un buen manual sobre qué pasos seguir para implantar la innovación en tu empresa.

Y si hablamos de incentivos destinados a actividades de innovación para contribuir a esta mejora en la actuación ambiental, los gobiernos y las administraciones públicas disponen de instrumentos para ayudar en esta transformación.

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible son un buen marco donde analizar si las actuaciones de tu empresa siguen unos principios básicos dictados por las Naciones Unidas. Te propongo como ejercicio listar las actuaciones y proyectos de tu empresa e ir asignándoles etiquetas que reflejen a que ODS en concreto se dirigen. El resultado te puede llevar a una buena reflexión de si la empresa avanza por el buen camino. El Pacto Verde Europeo o “Green Deal” es también un buen espejo donde mirarse y analizar si las políticas de tu empresa en consumo energético, descarbonización y emisión de contaminantes siguen las líneas marcadas por Europa.

El Next Generation EU o Next Gen es el Plan de Recuperación económica para compensar los daños sufridos por la pandemia. España recibirá 140 000 millones de fondos europeos para destinar a proyectos en 4 ejes transversales, siendo uno de ellos la Transición Ecológica.  Las diez políticas tractoras del Plan Nacional de Recuperación, Transformación y Resiliencia impactan en sectores como las infraestructuras y los ecosistemas, la agenda urbana y rural, la transición energética, la digitalización o la educación. Las ayudas se irán publicando de forma activa y continua por lo que recomiendo estar alerta. Sin olvidar todas las convocatorias públicas de ayudas ya existentes, como son el instrumento LIFE+, el Horizon Europe y los programa de cada Ministerio o Comunidad Autónoma con competencia en este ámbito.

A modo de cierre, sólo quiero añadir que creo que es la primera vez que escribo un artículo con la finalidad de mostrar la complejidad de un asunto en lugar de intentar simplificarlo o aclararlo. Si has finalizado la lectura y estás más confuso que cuando la empezaste, ¡significará que he logrado mi misión!

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