Un grupo de estudiantes de la carrera de Ingeniería en Biotecnología Molecular de la Universidad de Chile han desarrollado BiMaTox, un biosensor de toxinas marinas que se encuentran en la marea roja, dirigido específicamente a la detección de Saxitoxina, una de las más abundantes de las costas chilenas.
La marea roja es un fenómeno natural provocado por el incremento numérico de microalgas que generan toxinas marinas dañinas para animales y humanos. “Este dispositivo consiste en una maquinaria molecular capaz de reconocer la presencia de toxinas y sus concentraciones”, explica Jorge Vielma, integrante del equipo.
BiMaTox consiste en una maquinaria molecular que se monta sobre una matriz polimérica. En presencia de la toxina sufriría una reacción química, produciendo una respuesta de color. “Es decir, esta sería una reacción colorimétrica, y este color podría ser visualizable al ojo humano, eso es lo interesante", afirma el estudiante.
El actual método de detección de toxinas paralizantes consiste en un bioensayo con ratones, utilizando inyecciones de muestras de mariscos potencialmente contaminadas. Aunque es efectivo, tiene un coste elevado, un largo tiempo de reacción (entre 25 y 48 horas), supone la utilización de miles de ratones y requiere de profesionales altamente capacitados en laboratorios certificados.
BiMaTox podría llegar a reducir el tiempo de detección de marea roja a tres horas, y sus creadores aseguran que el modelo final sería “mucho más barato y eficiente” que el actual.
El proyecto participará entre el 9 y el 13 de noviembre en el concurso mundial de Biología Sintética iGEM, que se realiza anualmente en Boston (Estados Unidos), y en la que presentan sus proyectos estudiantes de las universidades más prestigiosas del mundo.