Los datos hace tiempo que han pasado de ser el futuro a convertirse en “un presente total”. Por eso, cada vez son más las empresas y administraciones “que están tomando conciencia de la importancia que tienen”, con el añadido de que, gracias a las tecnologías del big data, se puede hacer un uso de los datos “muy distinto” al que se lleva haciendo porque, si bien “los datos se han usado siempre, ahora las tecnologías nos permiten procesar datos a mayor velocidad” en incluso mezclar unos con otros.
Las afirmaciones las ha hecho Esther Morales, directora de Desarrollo de Negocio de PiperLab, empresa dedicada al análisis de datos, en el marco del Digital Enterprise Show (DES). En su opinión, ahora el siguiente paso es apostar por la transparencia de los datos que se ofrecen y en ponerlos al servicio de los ciudadanos.
Hablas de los datos al servicio de los ciudadanos. Esto implica recogerlos bien, interpretarlos bien y utilizarlos bien… ¿Se están haciendo estas tres cosas correctamente?
Lo que persiguen los datos abiertos, el open data, al final es poner estos datos al servicio de los ciudadanos y va un poco en consonancia con las ciudades inteligentes, que es hacia donde intentan ir todas las ciudades. España tiene muchas iniciativas, pero también es verdad que es difícil, es una tarea ardua. Por ejemplo, el portal datos.gob.es/es, donde se pretende que estén todos los datos de las comunidades autónomas: hay datos de paro, de economía, de empleo… y, ¿qué ocurre? Que el País Vasco tiene todos sus datos perfectamente subidos y Cataluña no ha subido ni uno. Entonces sí que cuesta, se está trabajando en ello, y se ven mejoras y nuevas webs mejor explicadas, pero sí que cuesta acceder en muchos casos.
Ahí hablamos de la transparencia con los datos, que es la tarea pendiente…
Se intenta. Es la iniciativa y tenemos que decir que las entidades públicas y sociales están trabajando y se intenta ser transparente porque es hacia donde tenemos que ir: una transparencia de datos. Luego saber usarlos también es diferente, porque cada empresa o entidad hace disponer de esos datos de una forma diferentes. Entonces no todo el mundo, aunque estén accesibles, sabe cómo acceder y cómo tratarlos.
¿Y quién está tomando el liderazgo y haciéndolo mejor en este sentido y es más consciente, el sector público o el privado?
El sector privado lo busca para su propio fin, aunque sí que tenemos ejemplos en las grandes empresas (Facebook y Twitter) que dejan a disposición del ciudadano datos abiertos para que se puedan hacer estudios. Otro ejemplo es el BBVA que a través de sus APIS pone a disposición de los usuarios que quieran, información sobre transacciones bancarias, por supuesto anonimizadas y agregadas, pero que te dan mucha información.
Entonces, sí que hay iniciativas privadas. Pero la administración pública posee muchísimos datos que nos ayudarían a entender el curso de la economía, por ejemplo, y sí que está trabajando en ello pero tiene que hacer una reestructuración importante.
Claro, porque en este caso las administraciones también tendrían que destapar sus vergüenzas…
También está el qué datos. Pero cuando hablamos de datos abiertos no tienes por qué abrir la puerta de tu casa y dejar todos los datos. Hay algunos muy interesantes que no están desvelando nada que no se deba y que proporcionarían mucha información.
¿De cuáles estamos hablando?
Pues datos de empleo, por ejemplo. Imaginad lo que podríamos hacer con datos de iluminación, de riego… Datos que te permiten hacer ciudades inteligentes porque te permiten optimizar recursos de alguna forma. Por ejemplo, datos de riego mezclados con otros de meteorología, te permiten saber cuándo el riego debe funcionar o no. Y ahora con todo el tema del IoT y los sensores, te permite ir creando ciudades inteligentes e ir mejorando la economía de un país.
Y la sostenibilidad…
Sin lugar a dudas. Hablábamos por ejemplo de datos de contaminación. El Ayuntamiento de Madrid los pone a disposición de los ciudadanos y desde PiperLab los estamos usando para hacer una previsión de contaminación, saber en qué nivel estamos y si va a haber alguna restricción para que los ciudadanos puedan saberlo y organizarse.
Y para empresas de paquetería, por ejemplo, que puedan organizar su última milla, su última entrega, en función de si hay restricciones o no, utilizando vehículos sostenibles.
¿Otro reto es que, una vez que se abren estos datos, estos sean comprensibles?
Ese es el segundo paso diría yo. Sí que es verdad que con grandes cantidades de datos debes tener herramientas y tienes que saber manejarlos y utilizarlos. Es decir, un ciudadano normal sí que puede hacer una consulta normal pero si quiere hacer uso de los datos a nivel de estudios, sí que necesitas conocer cómo se procesan los datos, saber algo de programación… y porque probablemente esos datos los quieras unir a otros para sacar conclusiones.
Y eso entra dentro de la necesidad de formar a la gente en big data…
Es todo lo que conlleva la ciencia de datos y te permite que los datos, que pueden estar en formato imagen, acústico, texto… Entonces, necesitas hacer una normalización previa, es decir, poner todos los datos que vas a utilizar con la misma estructura, para que luego puedas utilizarlos conjuntamente.