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Transformar depuradoras en biorrefinerías ya es posible

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Equipo de investigadores que ha desarrollado la planta piloto. De izquierda a derecha, fila superior: David Gabriel, Albert Guisasola, David Güell, Juan Antonio Baeza, Ricard Tomas; fila inferior: Oriol Larriba i Zivko Juznic-Zonta.

Mejorar el tratamiento al tiempo que se extrae fósforo y materiales para la fabricación de bioplásticos. Éstos son los grandes avances que supone una planta piloto de depuración desarrollada por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y la empresa municipal y Aguas de Manresa. La planta, que forma parte del proyecto europeo SMART-Plant, es pionera en el mundo y también reduce un 25% los costes de operación de una depuradora de aguas residuales.

Esta planta piloto permite tratar de manera más eficiente las aguas residuales urbanas a la vez que puede concentrar y extraer hasta el 50% del fósforo presente. Además, es capaz de recuperar parte de la materia orgánica en forma de materia prima para la fabricación de bioplásticos. Para ello emplea una tecnología pionera llamada Main-stream SCEPPHAR, que transformaría las estaciones depuradoras de aguas residuales en pequeñas biorefinerías. En este caso concreto, la planta recién abierta está diseñada para depurar unos 10 m3 al día de aguas residuales.

Según han explicado desde la UAB, “recuperar el fósforo es clave porque es un nutriente cada vez más escaso y sin él no se puede mantener una producción agrícola sostenible”. Así los microorganismos, han incidido, “concentran el fósforo presente en el agua y éste se convierte, mediante una reacción de precipitación controlada, en estruvita, un fertilizante de liberación lenta, valorizable para aplicaciones agrícolas. Todo este proceso no requiere de una fuente externa de carbono ni de cloruro férrico, dos elementos que sí son necesarios para eliminar fósforo en un tratamiento convencional”.

Otra ventaja es que este sistema, al tiempo que reduce los costes de operación en más de un 25%, podría eliminar el 90% del nitrógeno vía nitrito, un proceso que disminuye los requerimientos de aireación del proceso. Por otro lado, los lodos producidos durante el proceso pueden contener hasta un 30% de precursores polihidroxialcanoatos (PHA), a partir de los cuales producir bioplásticos para aplicaciones industriales.

Los investigadores han calculado que las tecnologías desarrolladas en este  proyecto pueden mejorar las estaciones depuradoras actuales con una pequeña inversión inicial de entre 15 y 20 euros por habitante. Una perspectiva que, tal y como han destacado desde la UAB, “podría revolucionar el sector actual en pocas décadas, transformando las depuradoras, de consumidoras netas de energía y recursos a productoras de materiales valiosos”.