DÓNDE SE INNOVA

Un cartel cuelga en las oficinas. “Esto es solo un metro cuadrado. Te invitamos a conocer los 85.183 restantes”. Es un aviso, casi una llamada a la acción. En Matadero Madrid, uno de los mayores centros para la creación contemporánea del país, lo peor que se puede hacer es perder el tiempo. Artes visuales, diseño, música, danza, arquitectura, urbanismo, paisajismo, moda, literatura, pensamiento, cine, emprendimiento… El tan mencionado enfoque multidisciplinar, como el movimiento, se demuestra andando. Metro cuadrado a metro cuadrado.

En este caso, además, cada paso que se da tiene una historia a sus espaldas. Jamás hubieran imaginado los trabajadores del antiguo matadero que lo que en su día fue la cámara de refrigeración –luego habitada por personas sin hogar cuyos fuegos dejaron marcas en paredes y techos que se han querido conservar- sea ahora un espacio para instalaciones artistas que lleva el nombre  de ‘Abierto x obras’. Eugenio Ampudia lo ha convertido, hasta mediados de mayo, en una alberca de agua oscura que duplica la sala con su reflejo. El visitante puede llamar a un número de teléfono gratuito para provocar una tímido gorgoteo en el agua. ‘Cada palabra es como una innecesaria mancha en el silencio y en la nada’ es el título de la intervención.

Incluso en la antigua caldera se ubica ahora un moderno restaurante y, a solo unos metros, la 'Cineteca', un espacio con un impactante diseño (similar a un cesto de mimbre iluminado, aunque está hecho con mangueras) en el que los documentales son los protagonistas. Ésta es una de las cuatro entidades públicas que actualmente conforman Matadero Madrid, junto con: Intermediae (con una programación centrada en la mediación con la comunidad), Naves del Español (con propuestas escénicas gestionadas por el teatro español) y la Oficina de Coordinación (Abierto x Obras, Nave 16, el Taller, Archivo Matadero y espacio público).

Camino recorrido y por recorrer
Tanto estas cuatro instituciones públicas como otras seis entidades privadas se asientan sobre el conjunto de pabellones proyectados por Luis Bellido a principios del siglo XX, inaugurado en 1924 como matadero y mercado de ganados. A mediados de los noventa cerró sus puertas y, tras unos años en el olvido, volvió a revivir con la apertura de Matadero Madrid, en enero de 2007. Todos los edificios están protegidos y han sido rehabilitados por una docena de arquitectos españoles.

“Es un claro ejemplo de cómo se pueden reactivar espacios que estaban fuera del mapa mental de los ciudadanos y situarlos de nuevo en los circuitos de los madrileños”, afirma Carlota Álvarez Basso, directora de Matadero Madrid. Apoya sus argumentos en las cifras logradas en 2014: 3.896 actividades y 1.092.096 usuarios. “En cuatro años hemos quintuplicado el número de visitantes”. En este tiempo han intentado sortear a la crisis “trabajando en red y diversificación la programación”, consiguiendo que no se vean reducidos el número de eventos.

“Somos una laboratorio de creación contemporánea y, por lo tanto, pretendemos ser innovadores en toda la programación que hacemos –afirma Álvarez-. Trabajamos en la multidisciplinaridad, el arte colaborativo, la iniciativa ciudadana y, en general, seguimos una línea de innovación social”. Un espíritu rompedor que, sin embargo, no quiere ser excluyente. “Nos dirigimos a toda la ciudadanía, con una diversificación de públicos cada vez mayor”, añade, apuntando que gran parte de la programación está pensada para un público generalista.

Matadero Madrid continúa planteándose nuevas metas. Una de ellas es abrir las naves número 8 y 9, los únicos espacios que continúan cerrados. Sin embargo, el principal reto, además de seguir creciendo en número de actividades y visitantes, es incrementar la presencia internacional para “sacar fuera más producción de arte español”, en palabras de la directora del centro. También anuncia que están trabajando en “proyectos específicos para adolescentes”, un sector de población que les interesa especialmente.

Instituciones públicas
Las actividades culturales participativas son el pilar central de ‘Intermediae’. En esta entidad pública se incluye ‘El Archivo Matadero’, un espacio de consulta e investigación que recoge documentación sobre artes visuales, artes escénicas, urbanismo y arquitectura, y arte público. Por otra parte, ‘Naves del Español’ se ha convertido en una referencia teatral indiscutible en el ámbito nacional e internacional.

De la Oficina de Coordinación dependen los siguientes espacios: la ya mencionada sala de exposiciones Abierto x Obras; la Nave 16; las residencias de artistas denominadas El Ranchito (organizada junto a la Agencia Española de Cooperación Internacional y Desarrollo); el Archivo; la Plaza Matadero (una zona de socialización con un gran número de actividades durante el verano) y la Nave de Música.

Y privadas

Completan la oferta cultural las instituciones privadas acogidas en el recinto. La ‘Central de Diseño’, promovida por la Fundación Diseño de Madrid (DIMAD), es un espacio de referencia para una disciplina que se concibe como un punto equidistante entre la economía y la cultura. Los amantes de los libros pueden perderse en las tres naves de la Casa del Lector, dependiente de la Fundación Germán Sánchez Ruipérez (que tiene aquí su sede). No hay que olvidar la Extensión AVAM, gestionado por Artistas Visuales Asociados de Madrid, y el Red Bull Studio (para el lanzamiento de todo tipo de músicos).

El espacio dedicado al emprendimiento en Matadero Madrid se llama ‘Factoría Cultural’, un vivero de industrias creativas para el desarrollo de iniciativas empresariales en los distintos ámbitos de las artes, la comunicación y las nuevas tecnologías, así como asociaciones sin ánimo de lucro. Ofrece un entorno de trabajo abierto y dinámico que pretende favorecer el networking y el intercambio de ideas.

Entre los viveristas actuales destacan: Animatoon Studios (compañía de videojuegos responsable de Dogchild, el título ganador de la última edición de los PlayStation Awards), Blue Planet Tales (la primera plataforma de cuentos infantiles interactivos basados en la historia y la vida real), Ciberia Project (investiga las posibilidades textuales y artísticas en y desde el medio digital), Walk&Hórreo (un proyecto que aspira a revitalizar el patrimonio inmaterial del norte de España), y Where Is Shakespeare (sello editorial que crea y desarrolla contenidos en la red a través de flujos de interactividad que son animados por la superación de retos). Son solo una pequeña muestra de los muchos proyectos que han pasado por ‘Factoría Cultural’.